La superproducción Quo Vadis (Mervyn LeRoy, 1951) está considerada como una de las películas cumbre del cine de romanos, una colosal producción basada en la novela de Henryk Sienkiewicz, con la persecución cristiana en los tiempos de Nerón como trasfondo.
Con notables intérpretes, entre los que destaca Peter Ustinov en el papel de Nerón, la película se centra en los amores entre el general Marco Vinicio (Robert Taylor) y la cristiana Ligia (Deborah Kerr). La trama, además, cuenta con historias secundarias entre las que destaca la jugosa historia de Petronio y Eunice. El "árbitro de la elegancia", amigo de Nerón, y su fiel esclava.
En la siguiente escena (a partir del min. 4,44), Petronio (Leo Genn) ha convocado a sus fieles amigos para una cena. Estamos en el momento más cruel de las persecuciones a los cristianos y Petronio ya ha decidido su final. Consciente de que Nerón es un asesino, y sabiendo que no hay posibilidad de redención, Petronio se suicida ante sus compañeros. Su esclava Eunice, sin que nadie pueda impedirlo, se corta las venas a su lado.
El final de la esclava, que acompaña voluntariamente a su Dueño por amor, me pareció siempre sublime. La escena -tanto en la novela como en la película- se recoge de manera digna y suavemente romántica. Petronio muere elegantemente y sobre todo, ennoblecido. Su esclava, a su lado, no le desmerece.
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