Acoso (Barry Levinson, 1994) fue una película que en su día planteó vivos debates, dado que presentaba una situación de acoso sexual por parte de una mujer. Ella es Meredith (Demi Moore) la alta ejecutiva que va dando bocados por donde quiera que va y él es el objeto de sus mordiscos, Tom (Michael Douglas), otro ejecutivo pera y, que duda cabe, mucho más íntegro.
La escena, la más famosa de la película, presenta a Meredith en situación Dominante y la hace decir flores como ésta: Túmbate y déjame ser la jefa. Frase que queda muy apropiada y promete nuevos rumbos en la historia del cine D/s. Pero no, claro que no. Todo queda en agua de borrajas y en un triste final, para ella, claro.
Como suele pasar en el cine, la mujer Dominante se entrecruza con la arpía. Aquí, Meredith es hiperfemenina y voraz, franca en sus deseos sexuales, está salida, claro que si. Pero, como siempre, salida es sinónimo de histérica y arpía. Y la frase que ella le dice a él, que se va con el rabo entre las piernas, es significativa: ¿Me metes la polla en la boca y luego tienes un ataque de moralidad?. Pero esa es otra historia.
lunes, 13 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario