lunes, 31 de enero de 2011

Mazmorra en Mujer blanca soltera busca

Mujer blanca soltera busca (Barbet Schroeder, 1992) es un estimable thriller que dió un empujón al género en la década de los 90 y contribuyó a que pasaramos buenos ratos en las salas de cine. La historia tenía un punto de partida original (que en films posteriores sería incesantemente versionado): una chica encuentra a la compañera de piso ideal, compañera que, como mandan los cánones del thriller, sale rana y deviene en desgraciada psicótica arruina vidas.


La escena, ya casi al final, presenta a la pobre víctima (Bridget Fonda) a punto de descubrir lo mala que es su compi de piso (la morbosisima Jennifer Jason-Leigh). Para ello la ha seguido al típico local BDSM de las películas: oscuro, siniestro, donde te meten mano a la que te descuidas... me encanta. Pelis así contribuian a mi miedo hacia las mazmorras. Yo vi esa peli en su dia y pensé, mami, zuzto.


Y es que las chicas malas, como nuestra morbosa favorita Jason-Leigh, suelen acudir a antros de perdición como esos. Lo mejor, para mi, esos espectadores  elegantes que asisten a un espectáculo que no podemos ver pero si intuir, glupss, qué pasará en escena?????


(Gracias mil a osheaa, el amable lector/a que me ha sugerido esta escena )

martes, 25 de enero de 2011

Y ahora sumiso, en Malas influencias

Malas influencias (1990) es una pelicula del usualmente interesante Curtis Hanson, un director que, sin ser un genio, cuando se pone retorcido lo hace bastante bien (La mano que mece la cuna).


El punto fuerte de la película son los dos protagonistas. Por un lado, James Spader -sobran las palabras-  y por el otro,  Rob Lowe. Para las que coleccionábamos el SuperPop,  Rob Lowe era un chico cañón en los 80 que cayó en desgracia por hacerse unas fotos que no debía. Curtis Hanson lo sacó del ostracismo y le dio un jugoso papel de ángel perverso. 


En Malas infuencias, James Spader es Michael, un joven ejecutivo de vida aburrida y calculada al milímetro al que una noche salvan en una bronca de bar. Su salvador, Alex (Rob Lowe) le introducirá en una nueva visión de los placeres: lo típico, mucho sexo, drogas y toda la pesca... y la casi segura convicción de que cualquier cosa es posible.


Nuestro James Spader, tan tiernecito aquí, muta en chico sumiso y complaciente ante el carismático Alex, un tipo que sabe mover los hilos y llevarse el gato al agua, como en esta escena del principio.

lunes, 24 de enero de 2011

Nuestro Dominante favorito: James Spader en Secretary

Yo me resistía a reseñar Secretary en este espacio porque es la peli hiperconocida de todo aquel que vive -de la manera que sea- el mundo BDSM. Le preguntas a cualquiera: cíteme, por favor, dos pelis de temática BDSM que conozca y te responden invariablemente, Historia de O y Secretary. (Y sepan que Historia de O no saldrá reseñada aquí jamás.)


Pero visto que además de servidora, el bueno de James Spader tiene más fans (o sadofans) y como la inspiración en este blog la tenía de capa caída, he pensado dedicar unos minutitos al gozo de contemplar a nuestro morbosete preferido en la peli más románticamente bedesemera que se ha rodado hasta estos momentos. (Guionistas de cine: deberían fijarse en el enorme potencial que tienen estas historias).

Mr Grey es  la encarnación del Amo ideal de la muerte, guapo, misterioso y con un puntito indefenso que entran ganas de acunarlo. Mucho daño ha hecho de tan romántica, creo yo.

domingo, 9 de enero de 2011

Voyeurismo en sexo, mentiras y cintas de vídeo

La espléndida sexo, mentiras y cintas de vídeo (1989) fue la primera película de Steven Soderbergh, un gran éxito de taquilla y también de crítica; consiguió la Palma de Oro de Cannes y marcó un hito en el llamado cine independiente: esas películas hechas en dos días y con cuatro duros que copan el Festival de Sundance.


James Spader, nuestro morbosillo preferido, es aquí Graham, impotente y voyeur: su incapacidad sexual la suple grabando vídeos donde diferentes mujeres hablan de sexo. La horma de su zapato es Ann (Andie McDowell), frígida y aburrida de su marido (Peter Gallagher), que la engaña con su mismisima hermana (Laura San Giacomo). El sexo rodado sin glamour, el sexo hablado, las inhibiciones y la franca desinhibición ... una mezcla que en su día fue explosiva en las pantallas.