viernes, 27 de noviembre de 2009

Tarta y striptease en Alerta máxima


Alerta máxima (Andrew Davis, 1992) es una peli de tiros y testosterona. Entretenida pero no apta para paladares exquisitos, cuenta la típica historia de antihéroe (Steven Seagal, el machote) alejado del mundanal ruido que debe enfrentarse con los terroristas, porque no hay nadie que lo haga. Todo sucede en un barco de la Marina estadounidense y, como se dice en mi pueblo, muere hasta el Piyayo.

Casi al principio de la peli está la breve escena de striptease. Su protagonista es Erika Eleniak, que tuvo su momento en aquella serie tan inenarrable que fue Los vigilantes de la playa. Aquí, en Alerta máxima, hace de chica playboy destinada a adornar el cumpleaños del capitán del barco. La escena es un clásico: striptease saliendo de la tarta. Una bonita fantasía que me hacía ilusión postear. Les dejo el enlace al vídeo.

Erika Eleniak saliendo de la tarta

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Striptease con final abrupto en Femme Fatale

Femme Fatale (Brian de Palma, 2002) es, como la gran mayoría de las películas de su director, amada y odiada a partes iguales. Lo cual me parece soberbio, ya que considero preferible la disparidad de gustos artísticos y la creación de debate sobre la uniformidad de criterios. Un homenaje al arquetipo de mujer fatal, la película cuenta las aventuras de una ladrona manipuladora y sensual y, como es habitual en el cine de Brian de Palma, los homenajes a Alfred Hitchcock y el manierismo formal son marca de la casa.

La escena presenta un striptease de Laura (Rebeca Romijn Stamos) y plantea la interesante característica de contar con dos mirones. Aunque no hay mucha ropa que quitar, la bailarina juega con el mobiliario (la maquina de discos, la mesa de billar), juega con el mirón número 1, sabe que el mirón número 2 (Antonio Banderas) la mira, juega con el sujetador... y dado que no hace grandes alardes de danza, creo que esta al alcance de cualquiera. El super-cuerpo es lo de menos.

El final de la escena, sin contarlo, es curioso y divertido. No tanto para Antonio Banderas.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Escena con pretensiones en Striptease

Striptease (Andrew Bergman, 1996) pudo ser la apología de la danza sexy y lujuriosa y se quedó, como suele pasar en las películas con elevadas pretensiones, en un truño colosal. Y es una pena porque Demi Moore se lo curró a fondo: se machacó el cuerpo en el gimnasio y lució más sensual que nunca (luego hizo La teniente O´Neill como para despistar). El argumento daba pena: una madre en paro que lucha por la custodia de su hija y que se hace bailarina de striptease en un tugurio, etc, etc.

Pero como digo, Demi Moore echó el resto. La escena, con un tema de Annie Lennox, es otro poledance, con dos detalles que me gustan especialmente: la ropa masculina, que es tremendamente morbosa y, especialmente, el uso de la corbata, que da mucho juego.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Striptease surrealista en Barbarella

Barbarella (Roger Vadim, 1967) adaptó al cine el personaje de cómic creado por Jean-Claude Forest. La lástima es que lo hizo un director con muy poca gracia y resulta una historia de ciencia-ficción que tira a cutre y pasadilla de rosca. No obstante, tiene su lugar en la Historia, porque hizo de Jane Fonda el mito erótico que encarnaba la psicodelia y el surrealismo de la década de los 60.

Los títulos de crédito de la película cuentan con el striptease más alucinante que yo sepa: Barbarella (Jane Fonda) se quita el traje de astronauta (!!!) mientras flota en su nave. Un striptease en gravedad cero que se presta a contorsiones imposibles y excitantes. Surrealista, divertido, imposible.

martes, 17 de noviembre de 2009

Pole dance en Showgirls

Showgirls (Paul Verhoeven, 1995) tiene el dudoso honor de ser considerada por la crítica como una de las peores películas de la Historia. Pero tiene, sin embargo, un numeroso grupo de fans entre los que yo SIIII me encuentro. Me encanta esta peli tan horterilla, lo tiene todo: bailes imposibles, diálogos de risa, Las Vegas -mas hortera, imposible-, Gina Gershon que es tan zorrona siempre, Kyle MacLachlan con su careto de nene bueno y morbosete y sobre todo a Elizabeth Berkley que entiendo sea protagonista de miles de sueños húmedos porque está para comérsela.

Además, el argumento sobre cómo trepar en la vida sin morir en el intento, es la mar de jugoso. Y además, es una peli sin pretensiones. El bueno de Paul Verhoeven iba a lo que iba: sexo, solo sexo y dejémosnos de metafísicas baratas. En fin, que soy una gran abanderada de este pequeño engendro y me desato defendiéndola -por lo cual espero sean benevolentes-.


La escena de striptease que he seleccionado me gusta muchísimo: es un Pole Dance, donde la stripper baila en torno a una barra. Dificilillo, claro, pero no imposible si se le echa imaginación y mucho pundonor. Aquí, Nomi Malone (Elizabeth Berkley) calienta al personal del Cheetah Club, un local de quinta categoría, y espera al cazatalentos que le de su gran oportunidad.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Striptease casero en Lucía y el sexo


La película Lucía y el sexo (Julio Medem, 2001) es un drama erótico que tiene una legión de seguidores -entre quienes no me encuentro- y que supuso un verdadero tour de force para su protagonista, Paz Vega. La relación sexo-sentimental entre Lucía y Lorenzo (Tristán Ulloa) y las consecuencias que las acciones de cada uno tiene para otras vidas son el hilo argumental, dentro de una historia de búsqueda de identidades y patafísicas del estilo. En fin, yo la soporto bien poco, pero...

... algunos momentos tienen estilo. La escena del striptease de Lucía, tan casera, tan sencillota y de andar por casa, me gusta. Es que cuadra poco con el manierismo del resto de la película. En fin. Con el fondo musical de Yo marco el minuto, de La Mala Rodríguez, Paz Vega luce cuerpo y se contonea con salero sevillano. Minifalda de abertura lateral y el toque de las botas, y, sobre todo, mucho desparpajo.

Striptease Lucía y el sexo

jueves, 12 de noviembre de 2009

Cursillo de striptease (2): Nueve semanas y media

Un comentario de mi querida maiKO{RJ} al post anterior me ha dado la idea de hacer una serie de entradas dedicadas a escenas de striptease. Como juego erótico en el marco D/s creo que tiene su papel: la seducción a través de baile y la musica, el complacer al Amo a través de sentidos que no son el tacto, el esfuerzo que implica una escena de ese tipo... En fin, espero que les vayan gustando y les sean de utilidad llegado el caso.

Nueve semanas y media (Adrian Lyne, 1986) es como sabrán, una de las películas que aborda una relación D/s como argumento principal. En mi opinión, es una floja adaptación de la novela de Elizabeth McNeill, pero es lo que le pasa siempre a ese director tan vacío que es Adrian Lyne. Desperdicia el buen material y se queda en la estética artificiosa, sin tocar los abismos. Pero otro día seguiré ensañándome, que hoy no toca.

La escena del striptease es sobradamente conocida. Kim Basinger es tan bella que sólo verla ya es un placer. Si le añadimos la elegancia de la escena -eso si se lo concedo al señor Lyne-, el striptease merece un buen lugar en el ranking: rock convenientemente sensual -el Joe Cocker aguardentoso es éxito seguro-; ropa feneminamente masculina; la seda blanca que acaricia y despierta los sentidos, y sobre todo, el uso de la luz tamizada, que sugiere placeres y difumina defectos.

martes, 10 de noviembre de 2009

Escena (con lectura D/s) de Mentiras arriesgadas

Mentiras arriesgadas (1994) es una cinta de acción del siempre espectacular James Cameron. No pasará a la Historia del Cine pero es de esas que entretienen una tarde tonta. Cuenta una historia de espías y terroristas, con el inefable Arnold Schwarzeneger a la cabeza e incluye escenas apabullantes como una con un Harrier, que dio mucho que hablar en su día.

Junto al argumento de acción se mezcla la relación entre nuestro Chuarche con su esposa Helen (una genial Jamie Lee Curtis). Ella descubre que su marido no es el tipo aburrido que creía y se mete en secreto a ayudarle en la misión. La escena cuenta cómo Helen ha tramado un plan para noquear al malo, sin saber que es su marido el que se hace pasar por malo.

La peli no tiene nada D/s pero, ¿por qué no hacer una lectura D/s de la escena? A mi me resulta divertido: Chuarche es ese Amo misterioso en penumbra, al que no vemos la cara y que da órdenes secas, escuetas pero arg, deliciosas. La gran payasa de Jamie Lee Curtis es la sumisa novata y requeteobediente. Le pone empeño al striptease pero, ay, las amas de casa tienen/tenemos tan poca práctica...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Polis sumisos en Instinto básico

Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992) es un thriller mítico de los 90 y está igualmente considerada como una de las mejores películas eróticas. Supuso el salto a la fama de Sharon Stone de manera merecidísima, puesto que su personaje de Catherine Tramell es un icono de los 90 y un vigoroso papel de mujer fatal.

Aunque las escenas de sexo tienen toques D/s -ese pañuelo Hermès tan puñetero-, en mi opinión, la mejor de todas, aquella donde Catherine Tramell florece como auténtica Dómina, es la famosísima del interrogatorio. Cinco polis intrépidos intentan acosar a preguntas a la mujer. Una escena perfecta: la luz azulada, la mujer enfrente serena como su vestido blanco, los cinco policías inquietos, acusadores sumisos.

El rol de Dómina que juega Caherine se presenta desde el principio: cuando saca un cigarrillo y ante la reconvención de los polis, ella dice ¿Y qué van a hacer, detenerme?. Dicho rol lo va desplegando a lo largo de toda la escena, pasando de interrogada a interrogadora. El cruce de piernas y los sudores de los policías revelan la incapacidad de los pobres diablos a sustraerse de sus instintos. Sencillamente glorioso.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Voyeur reprimido en Peppermint frappé

Peppermint frappé (1967) es una de las películas emblemáticas de Carlos Saura de la década de los 60 y primeros 70. Provista de una fuerte simbología y altas dosis surrealistas -incluido homenaje a Calanda y Luis Buñuel- la película retrata la represión sexual y erótica de los españoles de la dictadura.

Julián (Jose Luis Lopez Vázquez) obsesionado con la extranjera desinhibida, Elena (Geraldine Chaplin), esposa de su amigo Pablo (Alfredo Mayo). Los deseos reprimidos, el erotismo sepultado bajo la mirada obsesiva tras la cámara, la imagen de la mujer deseada copiada en otra más dócil y más manejable, Ana (de nuevo, Geraldine Chaplin).

Es mi pequeño homenaje a Jose Luis López Vázquez, capaz de lo peor y de lo mejor en el cine, enormemente versátil, popular por sus personajes de "perseguidor de suecas" pero dotado de un genial talento dramático. Para mi, uno de los grandes actores de nuestro país.