sábado, 28 de enero de 2012

Mordiscos en Operación Trueno

Operación Trueno (Thunderball, Terence Young, 1965) trae de nuevo a Sean Connery como 007 enfrentado a la organización Spectra. No es de las mejores, en parte por un reparto de villanos soso y fácil de olvidar, pero hemos encontrado una escena con chica mala que puede aprovecharse bedesemeramente hablando.

La chica mala de esta vez es Fiona Volpe (Luciana Paluzzi) y en ese polvo vainilla que Bond siempre está empeñado en echar, ella intenta meterle algo de arte y salero. Le da unos mordisquillos a James en el hombro, pero él, que en el fondo es un nenazas, se queja miserablemente. Al final, polvo corrientito, aunque ella fantasea con tener las manos atadas al cabecero de la cama. Muy mal, Bond. 



lunes, 23 de enero de 2012

Lucha en Goldfinger

Goldfinger (Guy Hamilton, 1964) es la tercera peli del ciclo Bond y para entendernos, es la del villano que recubre a las chicas en oro. El villano es Goldfinger. Pero aquí nos ocupamos de Pussy Galore (Honor Blackman), que empieza de mala de la peli y acaba de Chica Bond, lo cual es un carrerón. 


En la escena, Pussy Galore, que trabaja para Goldfinger, se enfrenta a Bond, aunque en realidad es una peleilla de tres al cuarto porque ella es una villana elegante. Bond se la quiere camelar y ella se hace la durita con un par de patadas y zancadillas. Típica escena de a ver quién manda. Pero claro, con Bond ya sabemos quién.


viernes, 20 de enero de 2012

Fetichismo y (aparente) D/s en Desde Rusia con amor

Desde Rusia con amor (Terence Young, 1963) es una de las pelis míticas de James Bond, el genuino, Mr Sean Connery. Pero en esta ocasión, la escena que comentamos no va con él. Siguiendo la sugerencia hecha por Spirit -gracias, amigo- iniciamos aquí una serie dedicada a villanas, villanos y quizás alguna rubia con pinta sumisa del ciclo James Bond. No sé cómo saldrá la historia, porque yo soy de improvisar, pero el reto mola.


En la escena asistimos a un derroche de elementos fetish y D/s. Rosa Klebb (Lotte Lenya), la nº 3 de SPECTRA, da instrucciones a la rubia de pinta sumisa (Daniela Bianchi). Uniforme de corte soviético para acobardar. Porra bien agarrada para que te imagines las-ganas-que-tengo-de-darte-caña-con-ella. Tú sentadita y sin hablar y yo dando vueltas alrededor, para que se te encoja el alma. Órdenes secas y directas para que se vea quién manda aquí. Un recital. 


Como buena peli de sentimientos maniqueos, la pobre villana resulta patética: los intentos de sacarle tajada a su juego Dominante dan pena. Esa manita que acaricia la rodilla, la cara, las promesas de ascenso ... las villanas de James Bond nunca consiguen nada. Y si son feas, menos. 

jueves, 19 de enero de 2012

Bofetadas en La huida

La huida (The getaway, Sam Peckinpah, 1972) adapta una novela de Jim Thompson con el sello de Peckinpah (violencia, violencia, violencia) pero es además una intensa historia de amor, la del matrimonio formado por Doc y Carol. La química entre Steve McQueen y Ali McGraw es apabullante, no en vano estaban casados en la realidad y si Ali McGraw actúa -ella, que no era una buena actriz- es porque su marido le daba pie.


La historia narra la huida de ambos tras un atraco, una huida trepidante que va dejando un reguero de muertos. Doc es un tipo frío que aguanta bien el tipo, pero en la escena que mostramos pierde los papeles, por una vez. Carol le confiesa que, para sacarlo de la cárcel, se ha acostado con un tipo importante que le arregla la condicional. La reacción de Doc es darle de bofetadas.


El final de La huida fue censurado durante la Dictadura, porque era inmoral (los malos no son castigados). Pero esta escena de bofetadas pasó sin problemas... ¿pasaría el filtro hoy en día? Está claro que en la escena no hay nada Sensato, Seguro ni Consensuado, que no es una escena BDSM. Es una escena de maltrato. ¿Por qué es más perturbadora que la escena de azotes de El gran McLintock, por ejemplo, donde tampoco hay ni asomo de SSC? Una es comedia, la otra, thriller. Y los azotes en el culo son graciosos. Las bofetadas en la cara, esas bofetadas en la cara, no.


lunes, 16 de enero de 2012

Dominatrix en Conan el Destructor

Conan el Destructor (Richard Fleisher,1984) se rodó como segunda parte de Conan el Bárbaro, y aunque tuvo un menor éxito de crítica y público, es una película de aventuras muy Chuarche, entretenida y testosterónica. Menos oscura que la versión de John Milius, en este Conan, no obstante, siguen habiendo peleas de las buenas, brujería y estupendos secundarios.


Es el caso de la sin par Grace Jones, que aquí hace de ladrona bruta como ella sola y que se une a la alegre pandilla del amigo Chuarche como simple esbirro y luego, como capitana. En la escena, Zula (Grace Jones) explica a la princesa Jehnna lo que hace cuando le gusta un hombre: Grrrrrab him ... and take him (Lo agarro y me lo llevo). Más contundente, más imperiosa es que no la vamos a encontrar. Y si le añadimos su morbosa androginia, ese cuerpazo que Dios le dio y el toque fetish de los correajes, ya tenemos a la Dominatrix perfecta de la Era Hiboria.


(Lo que tienen los blogs amigos, que son una estupenda fuente de inspiración. Del blog de Spirit, leyendo un comentario de Ama S., ha salido esta entrada. Gracias!!!)

sábado, 7 de enero de 2012

Mazmorra doméstica en Tensión sexual no resuelta

Tensión sexual no resuelta (Miguel Ángel Lamata, 2010) es una comedia coral  de enredos con la típica estrategia de marketing de meter a actores de series de televisión con buena audiencia. En este caso, la comedieta es de enredos de chico-pierde-chica y se lía todo mucho para dar mucha risa. Tiene momentos divertidos y gamberretes, pero tampoco da más de si.


Una de las parejas que se monta tiene un punto BDSM curioso. Para no desvelar nada de la trama, sólo diré que en la escena final, justo antes de los créditos, vemos a esa pareja de tortolitos entrando en su nidito de amor sado: una mazmorra casera donde no falta ni la cruz de San Andrés. 


Como siempre que se toca el BDSM en comedias patrias, hay un intento de normalización ambiguo. El mensaje sería: el sado es divertido... pero sólo lo practican los raros. O dicho de otro modo, hay que ser raro para practicar BDSM.