Delitos y faltas (1989) es una de las grandes películas de Woody Allen, una disección corrosiva sobre la moralidad. Con un reparto coral magnífico (Martin Landau, Angélica Huston, Alan Alda, Mia Farrow), la historia se centra en la impunidad de un crimen y el sentimiento de culpa.
Se entrecuzan asimismo, historias paralelas, entre las que destacamos la escena siguiente: Clifford (Woody Allen) de visita en casa de su hermana Bárbara (Caroline Aaron) escucha una tremenda confesión: un desafortunado y escatológico encuentro con un desconocido.
La escena, lejos de ser cómica, presenta la desoladora situación de muchas mujeres. Encontrarse sola y necesitar afecto lleva en ocasiones a experiencias desagradables y, en este caso, muy humillantes. Woody Allen la refleja con admirable sencillez.
domingo, 29 de marzo de 2009
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2 comentarios:
Genial. Ese tio es un genio.
Si que lo es, la sencillez es siempre genial.
Besos.
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