En Jamón, jamón (1992) y en Huevos de oro (1993) el protagonista es un falso Dominante. Ambos interpretados por Javier Bardem.
En Jamón, jamón, el visceral Jose Luis se comporta con animal en celo. Persigue -a cambio de dinero- a Silvia (Penélope Cruz) utilizando para ello todas las estrategias del macho repleto de testosterona. La escena de la discoteca es tópica, botellín a la cintura y meneos de perdonavidas. Suspiros de las niñatas envidiosas.
En Huevos de oro, Benito González tiene poder, dinero, dos Rolex y dos mujeres. Se vanagloria de su masculinidad y no permite que otros gallos vengan a alborotarle el corral. Es hortera y reune en su totalidad todos los elementos más abyectos del macho mediterráneo.
En ambas, el Dominante resulta ser la víctima y su ostentoso poder sólo fachada.
martes, 25 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
"botellín a la cintura y meneos de perdonavidas. Suspiros de las niñatas envidiosas"....jajaja...eres genial cielo ;)
Un besito y... que sepas que sigo atentamente tu blog... como siempre :)
Un besito
kaya
Gracias kaya. Ya sabes que yo hago lo mismo contigo (leerte y mandarte besos)
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