jueves, 20 de noviembre de 2008

A vueltas con El último tango en París

Dos desconocidos -más tarde Paul y Jeanne- follan en un piso en alquiler. Un polvo de pie, sin palabras. La belleza del extraño, la atracción de no saber quién, ni por qué.

Más tarde, aprender a ser sexo. Nada de prejuicios. Sexo sucio pero limpio. Como la mantequilla. Como pasear el coño sin depilar por las habitaciones casi desnudas.

Cuando llegan las preguntas, todo acaba.

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