En Herida (Damage, Louis Malle, 1992) se plantea una relación muy poco convencional entre Stephen (Jeremy Irons) y Ana (Juliette Binoche). No es BDSM, no hay sumisión, pero la entrega que se refleja en la historia es brutal. Y terriblemente destructiva. Una historia de dependencia física y emocional devastadora.
La primera parte de la escena es uno de los polvos entre los amantes. Recuerdo que me reía la primera vez que lo vi, esos cabezazos de la Binoche me parecían ridículos. No es una película que me entusiasme, no me gustan los protagonistas. Sin embargo me resulta muy atractivo el planteamiento de la historia y su desenlace. Tragedia en mayúsculas.
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