Picnic (Joshua Logan, 1955) contiene una bella escena de seducción: un baile entre Hal Carter (Wiliam Holden) y Madge (Kim Novak). La fiesta campestre casi acaba y suena, ya de noche, Moonglow. Madge baja las escaleras como una diosa, Hal la espera y el resto de personajes babea.
Hal es un prototipo de masculinidad, un héroe atormentado, frágil y también honesto y cabal. Madge es dulce, femenina, absolutamente carnal. Entre ambos la energía sexual fluye sin palabras. Una delicia.
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