jueves, 11 de marzo de 2010

Mujer sumisa en Carta de una desconocida

La bellísima Carta de una desconocida (Max Ophüls, 1948) es un clásico entre los dramas románticos. La película adapta la novela de Stephan Zweig y está considerada una obra maestra, llena de pasión y sensibilidad, que no ñoñería.

La adolescente Lisa (Joan Fontaine) conoce a su nuevo vecino, el pianista Stefan (Louis Jourdan) y se enamora al instante de él. Desde ese momento vivirá para complacerle y agradarle, esa será su mayor felicidad. Incluso no le importará ser apartada de su lado, ante el éxito del pianista. Sumisión pura y dura... aunque la parte teóricamente dominante ni siquiera se de cuenta. Es una historia triste de un amor desgraciado y no correspondido.

La escena que inserto corresponde al inicio de la película y merece la pena verla entera:justo al final, Lisa logra ver la cara de su nuevo vecino. Él se dispone a salir a la calle y ella, de manera espontánea le abre la puerta, como un primer acto de sumisión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mira que no saber que estaba dominando y tenia a una de las mejores sumisas, ainssssssssss..... que torpon por dios.
Besossssssssssssssssssss

( me encanta que os cuideis)

Mar dijo...

Pues resulta frustrante, la verdad, pero es que el es el típico Narciso, guapo y vividor, absolutamente pagado de si mismo. No tiene ojos para nadie más, sólo para si mismo.

Fíjate cuántas mujeres sumisas hay así, que se complacen en su sumisión y comparten su vida con tipos así.

Besotes a pares, mi dulce maiKO{RJ}

(gracias)