viernes, 27 de febrero de 2009

Sadomasoquismo en La Pianista

La adaptación de la novela de Elfriede Jelinek La pianista fue fielmente llevada a cabo por Michael Haneke en 2001. La mujer del título es Erika (Isabelle Huppert), una profesora de piano del Conservatorio de Viena. Una mujer hierática y fría que humilla a sus alumnos. Vive con su madre y mantiene con ella una relación de amor y odio muy intensa. Sexualmente reprimida y con tendencia a la automutilación, la película nos la presenta como una mujer mentalmente desequilibrada.

Las escenas que se incluyen muestran fragmentos de la relación de Erika con su madre (Annie Girardot) y con el alumno que se convierte en su amante, Walter (Benoît Magimel). Con éste, plantea desde el primer momento una relación basada en la Dominación y el dolor. Walter la tilda de enferma y guarra.

La película -y la novela- ofrecen la imagen de un comportamiento sadomasoquista malsano y cruel; un personaje que no asume su sexualidad y se descompone por ello. Un poco cansina, esa recurrencia, pero es que el morbo -malsano- vende.

9 comentarios:

Morgana Vatori dijo...

Claro, obviamente si le planteas de cero unas relaciones basadas en el SM así, por carta y con todo lujo de detalles, el tio flipa.

La película debe ser realmente buena, pero es poco recomendable que sigamos ese ejemplo en la vida real.

Aunque, cierto es que la reacción más lógica de un hombre joven como él, es asustarse, enfadarse y posteriormente experimentar. Lo he vivido.

Besos, guapa.

Mar dijo...

Además ella es algo así como un cardo con dos piernas, más arisca y triste, imposible. El problema de películas como esta es que presenta a gente desequilibrada (ella se automutila salvajemente) con gustos sadomasoquistas (y eso a mi me "duele"). Bueno, la película y la novela, que es deprimente como ella sola.

Gracias por su comentario, Morgana. Besos.

Dillinger is dead dijo...

La verdad es que odio esta película, se acerca al fetichismo desde un total desconocimiento y una perspectiva de lo más reaccionaria y falta de respeto, identificando fantasías sadomasoquistas con enfermedad mental. En mi opinión, el gran éxito de crítica y la lluvia de premios que tuvo en su día prueba lo simple y trillado de lo que propone, ya que los críticos de cine no se caracterizan ni mucho menos por su aperturismo sexual, más bien lo contrario.

En ningún momento nada de lo que muestra la película me parece creíble ni remotamente próximo a lo que es el sado o cualquier tipo de fetichismo en la realidad, empezando por la protagonista, que es la típica proyección masculina, un hombre con faldas.

Pero bueno, tampoco quiero amedrentar a nadie; aunque parezca muy tajante, lo hago para incitar a quien le guste la película para que intente convencernos a los detractores.

Mar dijo...

Echando un vistazo a la opinión de los espectadores (http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/536769.html), se pueden encontrar valoraciones muy altas a la película y desgraciadamente un gran desconocimiento del sadomasoquismo como opción sexual de personas normales y equilibradas.

Gracias por pasarte y la estupenda crítica, Dillinger.

Morgana Vatori dijo...

No he visto la película entera, pero no creo que sea tan vil. El hecho de que las situaciones no coincidan con los "normal" dentro de este campo, no quiere decir que una loca que gusta de BDSM no pueda existir.

Repito que hablo sin saber. No obstante hay que diferenciar entre "la pelicula es mala, aburre"; "la pelucula es mala, los conejos no hablan".

Mar dijo...

Morgana, el problema no es que no existan las locas en BDSM, sino que en cine sea esa la imagen que se ofrece usualmente. Claro que entiendo que hacer una peli de una masoquista madre y esposa satisfecha y sensata, pues no creo que sea muy comercial.

Gracias, besos mil.

Dillinger is dead dijo...

Una cosa es presentar a una masoquista que está loca, y otra cosa decir que es masoquista porque está loca, esta película establece una clara relación entre las dos cosas.

Y la verdad es que si ya hemos visto ochenta películas en las que los conejos hablan y es siempre para decir lo mismo, pues sí, la película es mala porque los conejos no hablan (que menudo ejemplo que habeis sacado, oye :-))

Me alegro de que no seas vaga como yo, Seibra, y actualices tu blog a menudo. Besos.

Mar dijo...

Hablando de conejos, hay una película indispensable del cine BDSM patrio: Mi conejo es el mejor, con la gran Lina Romay, musa del destape.

Besos.

Morgana Vatori dijo...

Chicos.. que mal pensados.. hablaba del conejo de Alicia en el país de las maravillas..