Ella es Kate Miller (Angie Dickinson). Parte de la historia que nos cuenta Brian de Palma en Vestida para matar (Dressed to kill, 1980). Está casada pero su marido es un panoli que la tiene insatisfecha. Sueña que se masturba en la ducha y que, en el momento de mayor excitación, alguien la ataca violentamente. Ese sueño le da más placer que su marido.
Busca alguien que se la folle, en cualquier parte. En el museo. En la escena, Kate mira cuadros y mira al guapo desconocido que se ha sentado a su lado. Se ofrece con su mirada y el rictus de su boca pero el desconocido se marcha indiferente. O eso cree ella.
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