En El piano (Jane Campion, 1993) se nos cuenta una hermosa historia de amor adúltero entre Ada (Holly Hunter) y el granjero Bainer (Harvey Keitel). Ambientada en la salvaje Nueva Zelanda de mediados del XIX, Ada se ha casado por poderes con un granjero rico (Sam Neill) pero es un espíritu libre. Muda por rebeldía, sólo se comunica a través de su piano.
En la escena, de profundo y muy sutil erotismo, Bainer -que guarda el piano en su granja- obliga a Ada a tocar para él. Es un claro chantaje, desea a Ada y utiliza el piano como medio para llegar a ella. Mientras la escucha tocar le ordena que se suba la falda y el miriñaque. Ella no se niega. Podría negarse, pero no lo hace.
viernes, 6 de febrero de 2009
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2 comentarios:
Hola! Siempre me ha encantado esta escena, la forma en que él acaricia la piel de ella a través del agujerito de la media...
De echo, hablé de ella en mi blog (http://vivirpacontar.blogspot.com/2008/03/en-el-tren.html)
Me gusta muchísimo tu blog, con tu permiso, te he linkado en el mio. Muchas gracias!!!
Gracias a ti por tu visita, Nikki.
Es una escena sencilla pero cuánta fuerza transmite, ¿verdad?
Ahora mismo te visito, será un placer.
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