El gran John Huston llevó al cine la novela de Dashiel Hammett El halcón maltés en 1941, con el mejor Sam Spade de todos los tiempos, claro: Humphrey Bogart. La intriga sobre una estatuilla de halcón desaparecida, de oro macizo y valor incalculable, es el pretexto para actuaciones soberbias y diálogos inolvidables.
Atención: el párrafo siguiente y la escena contienen spoilers!!!!!!
Sam Spade en la piel de Bogart es el perfecto antihéroe, de cigarrillo, gabardina y ojos turbios. Pero también posee la cualidad de controlar sus emociones. Es capaz de perder al amor de su vida por los principios del bien y la lealtad. La escena final es pura poesía del Dominante: la pobre Mrs O´Shaugnessy (Mary Astor) no puede reaccionar. Spade lleva las riendas, su honestidad se antepone al deseo y no mueve ni un músculo ante el adios desvalido de la dama.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
seibra, tengo un regalito para tí en mi blog, es para tu blog roxanne no te comparte, pero no me deja publicar el comentario.
Cuando puedas, pásate a recogerlo... :)
¿Quién no ha querido ser como Bogart al menos una vez en la vida?
Con tu permiso, leí una anécdota que refleja muy bien su carácter; lo maquillaron para una entrevista en televisión o algo así y le dijo a la maquilladora: "Señorita, he tardado 40 años en tener estas arrugas, haga el favor de no quitármelas"
Un abrazo
O caer en sus brazos... que eso tambien, al menos por mi parte.
De Bogart también se saba que el rictus de su cara, que le daba ese aire inexpresivo y duro, se debía a un accidente durante la I Guerra Mundial.
Gracias por tu visita, Spirit, Un abrazo.
Publicar un comentario