En la siguiente escena de Drácula de Bram Stoker (Francis Ford Coppola, 1991), amablemente sugerida por Dillinger is dead, el protagonista es Jonathan Harker como hombre sumiso. Una sumisión alejada del tópico, donde el hombre es objeto sexual, objeto de placer y también de dolor.
Jonathan en un lecho, en el castillo del Conde, y tres vampiras (Monica Bellucci entre ellas), tres novias de Drácula, que surgen a su alrededor. Los besos y los mordiscos se confunden y Jonathan seguramente nunca se las vio igual. Incapaz de resistirse, ni de tomar decisiones, el joven casi se nos desangra alegremente. Un juguete para las tres Damas o más bien un tierno aperitivo. Veánlo en la escena, a partir del minuto 3:00.
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