My Fair Lady (George Cukor, 1964) es un maravilloso musical que adapta libremente el mito de Pigmalion. Un mito muy significativo para los que vivimos la D/s. Aquí, Pigmalion es el excéntrico profesor Higgins (Rex Harrison), un linguista convencido de las diferencias de clase y del valor de una buena dicción; y Galatea es Eliza Doolittle (Audrey Hepburn), una florista de clase baja e infame acento cockney.
Eliza es el resultado de una apuesta. Pero también es la mujer que un hombre sabio modela, el resultado de un proceso minucioso de limpieza y pulido. En la escena, Eliza baja las escaleras preparada para el baile de la Embajada. De ella han desaparecido los modales ordinarios y ahora es una princesa. Sabe esperar, sabe bajar la mirada, sabe comportarse con exquisitez. Y Él la mira con orgullo.
miércoles, 6 de mayo de 2009
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