En Historias del Kronen (Montxo Armendáriz, 1995) se adaptó la aclamada novela de José Ángel Mañas sobre adolescentes malotes y altamente pijos que pasan un verano descontrolado. Ya saben: sexo sin amor, drogas variadas y juegos suicidas muy requetemalos. La película fue vapuleada por la crítica por panfletaria aunque dió la oportunidad a un grupo de actores jóvenes entre los que destacó Juan Diego Botto.
No encuentro la escena de corte sumiso de la película, pero transcribo aquí el diálogo. Es del final y presenta a Carlos (Juan Diego Botto) liderando a su pandilla: es el cumpleaños de Fierro (Aitor Merino), el amigo diabético y más pusilánime. Deciden atarle y hacerle beber alcohol. Fierro se deja hacer, siempre ha sido el amigo más sumiso de la pandilla.
Dice Carlos: ¿Qué coño puede servirnos como cuerda? Ya está, el cordoncito de los visillos. Venga, muchachos. ¿Habéis encontrado el embudo? Pues ya tenemos todo lo que necesitamos. Vamos abajo. Ahí está Fierro. ¿Qué tal, Fierro? Oye, que es tu cumpleaños y hemos pensado que tienes que pasártelo bien. Vamos a hacer algo que te va a encantar. Sí, te vamos a atar. Eso es, ríe, ríe. Ja, ja, ja, ja, ja. ¿Véis cómo se ríe? Venga, sujetadle y traed una silla. Eso es, continúa riéndote, Fierro, que te vamos a atar. Así. Primero las manos, luego los pies y te atamos bien a la sillita para que no te puedas mover...
La escena que inserto es una de las más conocidas, con Aitor Merino y un joven Eduardo Noriega en plan gamberro.
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