Volavérunt (Bigas Luna, 1999) adaptó la interesante novela de Antonio Larreta sobre la muerte repentina y misteriosa de la Duquesa de Alba, aquella que pintó Goya en 1795. Parece ser que durante una cena de gala a la que asistieron personajes ilustres del Madrid borbónico del siglo XVIII, la Duquesa fue envenenada y murió aquella misma noche. La novela, y la película que la adapta, trata de esos hechos así como de las tempestuosas relaciones amorosas del pintor Goya, con Cayetana de Alba y con Pepita Tudó.
Con una magnífica puesta en escena, la película de Bigas Luna sufre del mal de las películas históricas: genera unas expectativas que luego no ofrece y abusa de la grandilocuencia. Tampoco el reparto ayudó mucho porque por mucho que se esforzara en limar su acento cubano, Jorge Perugorría no es el mejor Goya posible, la verdad.
No obstante, rescato una bella escena erótica entre Goya y Cayetana (Aitana Sánchez-Gijón), donde los pies de la dama son objetos de deseo. Aunque es probable que sea históricamente falsa, pudo ser un sublime momento de Dominación por parte de una mujer poderosa hacia el pintor que le hizo uno de los más bellos retratos que se conocen.
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