En El Rey y yo (Walter Lang, 1956), el todopoderoso rey de Siam (Yul Brynner) ejerce de Dominante al viejo estilo feudal: Amo y Señor de su pueblo y Dueño de harén. La llegada de Anna (Deborah Keer) como institutriz es el encantador contrapunto a la historia. La Europa civilizada frente a la barbarie oriental.
Tosco y a la vez refinado; brutal y culto, el monarca de Siam se alza necesariamente irresistible a los ojos de la institutriz. La escena del baile es simbólica: la pobre Anna acaba desfallecida -esos corsés!!!- tras el agotador ejercicio al que el Rey la somete.
sábado, 10 de enero de 2009
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