Las manos de Orlac de 1935, dirigida por Karl Freund, es una de las adaptaciones al cine de la novela de terror de Maurice Renard sobre el pianista mutilado al que injertan las manos de un asesino, y el horror que conlleva. Asimismo, es una película sobre una obsesión amorosa que deviene en locura, obsesión magistralmente reflejada por el gran Peter Lorre.
La escena que nos interesa está al principio de la cinta. El Doctor Gogol (Peter Lorre) acude a una función teatral para ver a la mujer que ama en secreto. En el Theatre del Horreurs se representa una obra sobre torturas medievales y la actriz (Frances Drake) sufre el tormento de la rueda y el hierro... el público lo pasa bomba, el público pide dolor y crueldad. El Doctor Gogol, escondido tras un palco, se crispa de deseo. La actriz, tan dulce y virginal grita y los espectadores aplauden.
Véanlo a partir del minuto 4:49.
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