Una escena de Happiness (Todd Solondz, 1998)

Escena que nos puede sonar a las sumisas: ¿Quién es la voz que está al otro lado? Tan atractiva, tan sugerente, tan... Dominante. Voz que promete tantos paraísos (sucios y obscenos).

Helen (Lara Flynn Boyle) es la típica mujer autosuficiente con alma de sumisa. Sueña con raptos y violaciones, pero jamás lo confesará. En la escena recibe la llamada que siempre ha soñado: una voz Dominante que le asegura sexo duro.

Tras la voz Dominante puede esconderse cualquier cosa. Aquí es el informático pajillero Allen (Philip Seymour Hoffman). Tipo mediocre con tendencia a la autocompasión. Pero quién sabe.

Pepi, Luci, Bom: sadomasoquismo punk

La escena más conocida de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (Pedro Almodóvar, 1980): la dulce Luci (Eva Siva) es una masoquista cuarentona y blandita, ingenua y pueblerina, con su rebequita de punto. Su encuentro con Bom (Alaska) es un verdadero flechazo con lluvia dorada. Bom es sádica, punk, fiestera y libertaria.

Como libertario es el espíritu de la escena y la película en general. Un divertido ejercicio de trasgresión, de ruptura de tabúes y de sexo sin prejuicios.

La pasión turca: sumisión desesperada

En La pasión turca (Vicente Aranda, 1994) se narra una historia de entrega y sumisión desesperada. Desideria (Ana Belén) abandona su rutina pueblerina para vivir con todos los sentidos.

Turquía. Yamam (Georges Corraface), macho puramente sexual, Dominante exigente, dulce amante y amargo Señor. Historia de un cruel encoñamiento, hecho de lujuria y desesperación. En la escena, Desideria se emputece para complacer a su Amo y por no perder su favor.

Mejor que la película -que desmerece el final-, la novela de Antonio Gala en la que se basa.

Dos sumisas asustadas: Paula y la segunda Señora de Winter

Paula Alquist (Ingrid Bergman en Luz de gas, 1944), muchacha bella y tímida, pero con potencial escondido. Se casa enamorada del pianista -y oculto arribista- Gregory Anton (Charles Boyer).

La segunda Señora de Winter (Joan Fontaine en Rebecca, 1940), muchacha igualmente bella y más tímida aún. Otra enamorada hasta el tuétano del muy ocupado Señor de Winter (Laurence Olivier). Teórica señora de un ama de llaves casi demoníaca (Judith Anderson, como Mrs Danvers)

Ambas enfrentadas a Dominantes que no respetan las reglas mínimas. Malvados, manipuladores, capaces de pervertir las mentes limpias de sus sumisas, absolutos exterminadores.

Gregory Anton, el marido calculador, se las ingenia para hacer de su sufrida esposa una loca paranoica. Tiene todas las de ganar pero... es un Dominante que no sabe atemperar su avaricia. Grave error.

La Señora Danvers, el ama de llaves de la casa de Winter, es quizás más estólida. Se mueve por celos y por el amor perdido y lo disimula bajo su fría rigidez. Una Dominante amargada pero conocedora de su deber.

Fetichismo en El marido de la peluquera

En El marido de la peluquera (Patrice Leconte,1990) el protagonista, Antoine (Jean Rochefort) se obsesiona desde niño con casarse con una peluquera. Curioso fetichismo de fragancias, cortes de pelo y masajes.

Fetichismo y adoración femenina. Antoine, cumplido su sueño de niñez, sólo tiene ojos para su mujer. Pura admiración, la peluquera convertida en diosa.