sábado, 21 de abril de 2012

Parafilias en Los sexoadictos

Los sexoadictos (A Dirty Shame, 2004) es hasta la fecha la última peli del director John Waters. Aunque en este blog siempre mostraremos reverencia por él, y aunque la peli está llena de buenísimas, trasgresoras y guarrillas intenciones, el resultado es un fiasco. La trama de los sexoadictos que invaden Baltimore como una plaga de zombies o como una nueva religión se estira demasiado y aunque es graciosa al principio, acaba aburriendo al final.


No obstante, podemos encontrar el sello del viejo Waters en toda la peli: música de los 50, personajes descacharrantes -el señor Pon un Pino-, montaje cutre a conciencia, ganas de provocar a todo bicho viviente y final feliz donde los puritanos reciben su merecido y todo el mundo folla contento. No hay barreras para las parafilias más raras: el chico que se excita con la suciedad, el poli que se viste de bebé gigante y toma biberón, la mujer que se excita embadurnándose de comida... y, como dice Ray Ray (Johnny Knoxville), siempre con respeto y consensuado.


jueves, 19 de abril de 2012

Masoquistas de El club de la lucha

Como de El club de la lucha (David Fincher, 1999) se ha escrito tanto, este post va a ser más breve de lo habitual. Sólo diré que me negué a verla en su día porque me daba muchísima pereza. Tooodos los modelnos hablaban de ella y disertaban de nihilismo. Fue no hace mucho, unos meses, libre ya de prejuicios, cuando la vi. Me gustó. David Fincher es un buen director, Brad Pitt y Edward Norton son unos fieras.


¿Viene a cuento en este blog? Pues sí, aquí el BDSM lo consideramos una actitud trasgresora ante la vida. Y las hostias que se pegan Tyler Durden y el Narrador, aparte de trasgredir y blablabla, son un bello ejercicio de masoquismo. Plenamente consensuado y legal.


domingo, 15 de abril de 2012

Azotes en Starship Troopers

Starship Troopers (Paul Verhoeven, 1997) es una divertida y muy sangrienta película de ciencia-ficción del tipo matar bichos. Hay quien no la entiende y critica unas interpretaciones muy petardas y un guión totalmente pasado de rosca. Pero es que es así -intencionadamente cutre, boba y llena de tópicos- Y funciona, porque se ríe de sí misma todo el rato.

En la escena, Johnny Rico (Casper Van Dien) es azotado por su negligencia en el entrenamiento. Mero pretexto para desnudar de cintura para arriba a un ejemplar tan perfecto. Me encanta el rictus -de gusto? de envidia?- del compi de batallón (Jake Busey).

viernes, 13 de abril de 2012

Mujer sumisa en Luz que agoniza

Aunque hice una breve referencia a esta película cuando empecé el blog, Luz que agoniza (Gaslight, 1944) merece una entrada más extensa. Dirigida por George Cukor y ambientada en la Inglaterra victoriana (ya saben corsés, niebla, carruajes, extrema cortesía y extremo puritanismo), la película es un tenso drama psicológico con toques tenebrosos.


La sumisa es una dulce Ingrid Bergman, bien atada a su marido e incapaz de rechistarle. Él es el inquietante Charles Boyer, aquí un pianista siniestro y lleno de secretos. La escena que traemos, una de las muchas donde la esposa se somete a su marido. Ella está tan ciega, por él y con él, que no advierte sus malas artes: su uso del encierro y la incomunicación, la humillación en público, la tortura psicológica, la dependencia emocional, una despiadada manipulación. 


 

miércoles, 11 de abril de 2012

Juegos BDSM en Instinto básico 2

Instinto básico 2: adicción al riesgo (Michael Caton-Jones, 2006) cumple bien cumplida la regla de  que segundas partes nunca fueron buenas. No es mala, es pésima, una de las pelis más pésimas y desopilantes del siglo. Sharon Stone hace todas sus moniguetas y el tipo que es su partenaire (David Morrisey) no es más soso porque no puede.  Pero te ríes por lo patético que resulta todo.


La peli cumple todos los tópicos del BDSM chungo: nuestra Catherine Tramell folla mucho y peligrosamente, que para eso es una yanqui descocada, y se tira toda la cinta diciéndole al soso que pruebe el sexo duro. Que la someta, que le de azotes, lo típico. El soso está toda la peli abrumado porque someter y azotar y el cuero como que le parece de gente loca... Pero en el fondo lo está deseando, el pobre. No me acuerdo como acaba, pero la moralina es la de siempre: el BDSM es malo, caca. Si te lo montas en plan BDSM terminas traumatizado y con una pila de problemas así de grande.


lunes, 9 de abril de 2012

Látigo ( y un taladro) en El manantial

El manantial (King Vidor, 1949) es una película de pasiones bigger than life que ocupa un lugar de honor en el cine clásico. También se ha escrito mucho sobre su valor político y social, pero aquí no entramos en tales profundidades y lo único que nos interesa es el rollito sexual que se traen entre manos los protagonistas. Frívolos que somos.


Si miran la escena donde ambos se conocen ya pueden extraer conclusiones. Dominique (Patricia Neal) descubre a Howard (Gary Cooper), el arquitecto metido a peón de la construcción. Ella desde lo alto de la cantera, él utilizando un taladro -o como quiera que se llame ese aparato-de considerables proporciones. Las connotaciones fálico-sexuales están servidas.


En la segunda escena que mostramos, volvemos a disfrutar la compleja relación entre Howard y Dominique. Ese latigazo que no se queda sin "castigo" o quién es el que domina aquí. 


(Un millón de gracias al lector anónimo que me recomendó la peli).