viernes, 18 de mayo de 2012

Dominante en Canino

Canino (Giorgios Lanthimos, 2009) puede verse como metáfora de lo que les ocurre a las sociedades aisladas pero aquí nos limitaremos a lo que muestra esencialmente: un padre de familia que mantiene aislados a su mujer y a sus tres hijos de todo, absolutamente todo, el mundo que les rodea. Nunca salen de la casa y su espléndido jardín y viven en un perfecto desconocimiento de lo más básico. Una historia cruel que sin embargo se disfruta por su despiadado y surreal humor.


En Canino el padre ejerce de Dominante con pasmosa naturalidad, sin que ni a la mujer ni a los hijos se les ocurra la mínima rebelión. Él ordena y el resto obedece, sin protestas ni indisciplina, incluso en las cosas más absurdas -que los hijos tengan sexo entre ellos, que ladren a cuatro patas para espantar a los gatos...-. El resultado: una familia de zombis (que según la peli son pequeñas flores amarillas) sin vida propia.

 

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