miércoles, 29 de abril de 2009

Escena de Martín (Hache)

La magnífica Martín (Hache) (Adolfo Aristarain, 1997) es un intenso muestrario de pasiones, comportamientos desnudos, deseos, conversaciones hasta el alba para descubrir la propia intimidad. Miedo a amar, miedo a no amar. Una película honesta y sabia con formidable reparto.

En la escena, Hache (Juan Diego Botto), Alicia (Cecilia Roth) y Dante (Eusebio Poncela) están en la hora ligera del amanecer. Han pasado la noche en vela, han intimado, están resacosos. Alicia acaba de terminar con Martín (Federico Luppi) y se van de Almería. Se confiesa una mujer libre. Dante advierte a Hache: Ninguna mujer tiene dueño.

Ninguna mujer tiene dueño, aunque entre nosotras no lo parezca. Es la voluntad de someterse la que existe, pero nuestra identidad, nuestra esencia como mujeres no pertenece a nadie. Es asi como lo siento y así es cómo tiene, para mi, valor la D/s.

martes, 28 de abril de 2009

Fiesta sorpresa en Clerks 2

En Clerks 2 (Kevin Smith, 2006) se recuperan los personajes de la primera película varios años después. Esa era la idea, manteniendo el mismo tono gamberro y especialmente, la glorificación de la amistad, esos buenos colegas que lo dan todo por uno.

Como por ejemplo, una inolvidable fiesta de despedida a Dante (Brian O´Halloran), que se marcha a Florida a casarse. Su colega del alma Randal (Jeff Anderson) ha contratado un show porno que promete emociones muy fuertes. Realmente imolvidable, realmente fuerte para todos.

jueves, 23 de abril de 2009

Entrega en Morena clara

La copla es una fuente maravillosa de letras de entrega, entrega abismal y absoluta. Ésta es una de mis preferidas, en una de las más bellas películas del cine español de los 50: Morena Clara (Luis Lucía, 1954).

Una comedia donde brilla, como siempre hizo, Lola Flores y donde otro grande, Fernando Fernán Gómez, compone uno de esos personajes zangolotinos que fueron su especialidad en sus primeros años como actor. Comedia de amores y brujería muy blanca, sin pizca de D/s pero...

En la siguiente escena Trinidad (Lola Flores) declara su amor por el poderoso don Enrique. Ella es de clase inferior, gitana y con antecedentes de ladrona (de jamones). Lo tiene muy mal, lo tiene todo perdido. En una fiesta de payos ricos, ella le canta a su hombre. Y dice cosas como ésta:

Llévame por calles de hiel y amargura,
ponme ligauras y hasta escúpeme
y échame en los ojos un puñao de arena,
mátame de pena, pero quiéreme


miércoles, 22 de abril de 2009

El sumiso encuentra su redención en El apartamento

La gran película de Billy Wilder, El apartamento (1960), es una obra maestra de diálogos y personajes. Dotada de un cáustico sentido del humor, los protagonistas son maravillosos antihéroes solitarios, llenos de dudas y mezquinas aspiraciones. Y a la vez, grandes personas dulces, sensibles, llenas de bondad.

El oficinista C.C. Buxter (Jack Lemmon) es un hombre sumiso al poder: presta su apartamento a los jefes con el objetivo de ascender en la empresa. A pesar de la ternura que despierta -especialmente por su amor por la ascensorista Fran (Shirley MacLaine)- el oficinista se nos muestra como un tipo patético, un pelagatos.

La grandeza del la película -y del personaje- se haya en su rebelión hacia el jefe déspota. Deja de ser el oficinista complaciente y le hace un gran corte de mangas. La grandeza de personaje se haya, igualmente, en lo que ocurre en la escena final. Me gustaría imaginarla como una redención: el descubrimiento de la verdadera sumisión, que no es pelotear al poder. Es dejar que Otra baraje las cartas.

lunes, 20 de abril de 2009

Petronio y Eunice, en Quo Vadis

La superproducción Quo Vadis (Mervyn LeRoy, 1951) está considerada como una de las películas cumbre del cine de romanos, una colosal producción basada en la novela de Henryk Sienkiewicz, con la persecución cristiana en los tiempos de Nerón como trasfondo.

Con notables intérpretes, entre los que destaca Peter Ustinov en el papel de Nerón, la película se centra en los amores entre el general Marco Vinicio (Robert Taylor) y la cristiana Ligia (Deborah Kerr). La trama, además, cuenta con historias secundarias entre las que destaca la jugosa historia de Petronio y Eunice. El "árbitro de la elegancia", amigo de Nerón, y su fiel esclava.

En la siguiente escena (a partir del min. 4,44), Petronio (Leo Genn) ha convocado a sus fieles amigos para una cena. Estamos en el momento más cruel de las persecuciones a los cristianos y Petronio ya ha decidido su final. Consciente de que Nerón es un asesino, y sabiendo que no hay posibilidad de redención, Petronio se suicida ante sus compañeros. Su esclava Eunice, sin que nadie pueda impedirlo, se corta las venas a su lado.

El final de la esclava, que acompaña voluntariamente a su Dueño por amor, me pareció siempre sublime. La escena -tanto en la novela como en la película- se recoge de manera digna y suavemente romántica. Petronio muere elegantemente y sobre todo, ennoblecido. Su esclava, a su lado, no le desmerece.

sábado, 18 de abril de 2009

Lucha de poder en El cartero siempre llama dos veces

La primera versión de la novela de James M. Cain fue dirigida por Tay Garnett en 1946. En ella, los personajes centrales son John Garfield como Frank y Lana Turner en el papel de Cora. La historia es una obra maestra del género negro: un tipo que vagabundea en los años de la Gran Depresión encuentra trabajo en una gasolinera. Allí seduce -¿o es seducido?- por la esposa del dueño, una mujer aburrida con ganas de salir de aquel tugurio.

Casi al principio de la película sucede la siguiente escena, un ejemplo de que en el cine a menudo lo simple contiene la mayor de las genialidades. Un pintalabios rueda por el suelo del café, llega a los pies de Frank, aparecen las sandalias de Cora... Se miran y se tantean, él o ella, uno de los dos tiene que ceder.

jueves, 16 de abril de 2009

El 24/7 de Morticia y Gómez

La familia Addams era una serie de televisión de la primera época dorada de las series USA. Fue llevada al cine por Barry Sonnenfeld en 1991. Cuenta además con dos secuelas, de 1993 y 1998. Las aventuras de una familia llena de valores y bondad pero de espíritu macabro y estética gótica no forman parte de los grandes anales de la Historia de Cine, pero, qué demonios, entretienen y cuentan con momentos memorables.

Morticia (Angelica Huston) y Gómez (el gran Raúl Juliá) son dulces y sensuales. Dos sabios hedonistas que se aman con locura y disfrutan de una relación sadomasoquista llena de sentido del humor. Morticia atada a una cruz de San Andrés, Morticia pidiendo tortura y dolor a su amado Gómez, ambos bailando un tango arrebatado... en una película llena de valores familiares. Imprescindible (excepto gafapastas)

miércoles, 15 de abril de 2009

Una escena de Hechizo de luna

Hechizo de luna (Moonstruck, Norman Jewison, 1987) fue una película con gran tirón en la década de los ochenta, lanzó al éxito a Nicolas Cage y es una de las más conocidas de Cher. Narra una historia de italoamericanos tradicionales y de muy mamma mía, amantes de la ópera y de la buena mesa. Una viuda a punto de de casarse otra vez, que entabla una apasionada relación con su futuro cuñado. Y la luna como influencia del vértigo y la locura amorosa.

En la escena, Loretta (Cher) visita a su cuñado Ronnie (Nicolas Cage). Casi acaban de conocerse y ella le reprocha su actitud, él lleva años deprimido -entre otras cosas, por su mano mutilada- y ella le dice las cosas claras. Que se deje de memeces y viva. Casi al final de la escena, Ronnie siente el arrebato de tomarla en brazos y llevársela a la cama. El tipo reprimido y deprimido saca al Macho Alfa que lleva dentro:

-Son of a bitch!!!
-Where are you taking me?
-To the bed.

lunes, 13 de abril de 2009

La jefa Dominante en Acoso

Acoso (Barry Levinson, 1994) fue una película que en su día planteó vivos debates, dado que presentaba una situación de acoso sexual por parte de una mujer. Ella es Meredith (Demi Moore) la alta ejecutiva que va dando bocados por donde quiera que va y él es el objeto de sus mordiscos, Tom (Michael Douglas), otro ejecutivo pera y, que duda cabe, mucho más íntegro.

La escena, la más famosa de la película, presenta a Meredith en situación Dominante y la hace decir flores como ésta: Túmbate y déjame ser la jefa. Frase que queda muy apropiada y promete nuevos rumbos en la historia del cine D/s. Pero no, claro que no. Todo queda en agua de borrajas y en un triste final, para ella, claro.

Como suele pasar en el cine, la mujer Dominante se entrecruza con la arpía. Aquí, Meredith es hiperfemenina y voraz, franca en sus deseos sexuales, está salida, claro que si. Pero, como siempre, salida es sinónimo de histérica y arpía. Y la frase que ella le dice a él, que se va con el rabo entre las piernas, es significativa: ¿Me metes la polla en la boca y luego tienes un ataque de moralidad?. Pero esa es otra historia.

domingo, 12 de abril de 2009

Una mesa de cocina desaprovechada en Suavemente me mata

Suavemente me mata (Killing me softly, Chen Kaige, 2002) es una película que prometía mucho a priori. Plantea una relación con elementos D/s entre Alice (Heather Graham) y un escalador famoso con pasado oculto, Adam (Joseph Fiennes). A partir de un encuentro casual, ambos inician una historia común con sexo en lugares intempestivos, juegos de asfixia -pelín cursis- y pizcas de romanticismo del tipo tormentoso.

Lástima que cuando todo parece llevarnos a una peli con bonita relación Amo/sumisa, la cosa deviene en thriller de lo más previsible, con sustos de manual. Así se aprecia en la siguiente escena con un punto de partida inmejorable y chasco final. Alice se pega el susto padre al ver a su marido en las sombras de la casa. Éste se pone tonto y preguntón, ella todo lo enfadada que puede, la criatura -es tan dulce- y ... allí tenemos una práctica y sólida mesa de cocina de buena madera, como las de antes. ¡Con cuatro cuerdas, una en cada pata!

Pero, insisto, la escena queda totalmente desaprovechada. Además, no hay consenso.

viernes, 10 de abril de 2009

Alice y Larry conversan en Closer

Closer (Mike Nichols, 2004) es la adaptación al cine de una obra de teatro de Patrick Marber. Como tal, la película basa su fuerza en la rotundidad de los diálogos y en la interpretación de los cuatro personajes principales, dos parejas que entrecruzan sus deseos y obsesiones. Diálogos rápidos y cortantes, interrogatorios inacabables que desmenuzan sin piedad las inseguridades y el dolor de cada uno de los personajes, como ocurre en la escena entre Alice (Natalie Portman) y Larry (Clive Owen) .

Larry vuelve a cruzarse casualmente con Alice en un puticlub, donde trabaja como bailarina de striptease. Su encuentro, en una sala privada del club, es en apariencia un trato comercial. Larry paga y ordena, Alice se muestra como él le pide. Ella aparentemente actua como una profesional pero no... Se quien eres. Te quiero. Adoro todo ese dolor que te rodea. Larry es un tipo duro y herido, Alice es una muchacha fría y herida, los dos abandonados, traicionados y solos.

martes, 7 de abril de 2009

El sumiso bioconectado de ExistenZ

ExistenZ (David Cronenberg, 1999) es una película de terror y ciencia ficción con esa estética tan querida por su director -antes de Una historia de violencia-. Vísceras y sangre, úteros y vulvas, carne, heridas, seres deformados, en un entorno de realidad alterada.

En la historia se narra la huida de Allegra Geller (Jennifer Jason Leigh) de quienes quieren acabar con su vida. Ella es la creadora de un biojuego increíble, el mejor de todos, el que crea un mundo paralelo donde todo es posible. Allegra descubre entonces enemigos que no estan dispuestos a que exista la posibilidad de jugar con espacios virtuales, tan asombrosamente reales. En su huida le acompaña Ted Pikut (Jude Law), un chico aparentemente apocado.

Casi al final de la escena que se inserta, Allegra logra convencer a Ted para que se ponga un biopuerto, el canal por donde podrá conectarse la vaina o bioconsola para los juegos. Durante la inserción, Allegra manipula y chupa la zona lumbar de Ted, lo maneja y domina. La inserción del biopuerto es casi una sodomización, algo dolorosa pero que lleva a rincones escondidos de placer y aventura. Ted se transforma así en un hombre sumiso, biológicamente conectado a Allegra y dispuesto para la nueva experiencia.

(Esta entrada ha sido sugerida por Dillinger is dead, a quien doy las gracias, ya que no habia visto la película y ha sido un buen reencuentro con el viejo Cronenberg)

jueves, 2 de abril de 2009

El vaquero Dominante y la cantante sumisa de Bus stop

Joshua Logan filmó una de la películas menos conocidas de Marilyn Monroe, Bus stop, en 1956. Comedia romántica que saca jugo al arquetipo de rubia dócil e ingenua, aquí, Marilyn es Cherie, una cantante de medio pelo que sueña con triunfar en Hollywood. Mientras llega la ocasión, canta en un garito de Phoenix con más pena que gloria. Su salvador -aunque no es lo que ella esperaba- es Bo (Don Murray) un vaquero que va a participar en el rodeo.

Clara inspiración de Átame (Pedro Almodóvar, 1989), la historia aún siendo bastante almibarada tiene su punto D/s. El vaquero Bo, bruto como él sólo, se empeña en casarse con Cherie. Para ello no tendrá reparos en cazarla a lazo y someterla a una táctica de acoso y derribo, como si fuera una becerra del rodeo.

Por tanto, sólo por disfrutar de una cacería sin giliflautadas, como Dios manda -y por supuesto, disfrutar de la preciosa Marilyn- merece la pena.

miércoles, 1 de abril de 2009

Catwoman en Batman vuelve

Batman vuelve (1992), de la mano de Tim Burton está considerada una de las mejores películas del personaje. Dotada de una atmósfera surrealista, es la película que mejor desarrolla el ambiente siniestro de Gotham City. Y la única en la que aparece el complejo personaje de Catwoman (no cuenta la peli de Halle Berry, pura blasfemia).

No hay mejor Catwoman que Michelle Pfeiffer. Supo darle el aire sibilino y letal que trae de cabeza a Batman. Nadie como ella maneja el látigo e impone su capricho. Nadie como ella adapta el traje negro de látex como una segunda piel.

Las dos escenas que he seleccionado son muestra de su dominio de la situación. En la primera, la Mujer Gato defiende a una chica pero le deja las cosas claritas. En la segunda, Catwoman hace uso de su látigo en unos grandes almacenes y atrae a los dos guardias jurado. También a ellos les deja nítido quién manda allí.