lunes, 29 de junio de 2009

Sumiso a la carta en Belle de Jour

En su labor como prostituta, Belle de Jour (Catherine Deneuve) se encuentra en la siguiente escena con un trabajo para el que no está preparada. Madame Anäis (Geneviève Page) la llama para que atienda a uno de sus clientes asiduos.

El cliente (Claude Cerval) es todo un sumiso a la carta y la inexperta Belle de Jour es incapaz de satisfacerle. La escena tiene un delicioso sentido del humor. Madame Anäis recomienda a Belle de Jour que observe tras la habitación contigua y aprenda de Charlotte (Françoise Fabian), mucho más experta en sus labores de Dominatrix.

En la escena, asimismo, vemos cómo el cliente-sumiso lleva las riendas del juego e incluso dicta cómo debe ser la sesión. Y es que el cliente debe llevar siempre la razón.

jueves, 25 de junio de 2009

Fantasías masoquistas de Belle de Jour

Aún no había posteado nada sobre Belle de Jour y creo que ya va siendo hora. La película de Luis Buñuel (1967) es, en mi opinión, una de las que más se acerca a las fantasías sobre masoquismo y sumisión de muchas mujeres. Fantasías que, en el caso de Séverine, parece que se intentan llevar a a realidad -digo parece porque la película, con toques surrealistas, nunca deja claro si todo es real o ficción-.

Séverine es Belle de Jour (Catherine Deneuve) en la casa de citas de Madame Anäis. Cada tarde intenta llevar sus fantasías sexuales a cabo, como prostituta; el resto del día ejerce como elegante dama de la burgesía parisina. Sobre todo el montaje, permanecen los sentimientos de Séverine hacia Pierre (Jean Sorel), su aburrido marido. Creo que son la clave de la película.

En la escena, Séverine sueña. Ser azotada por orden se su marido es una de sus fantasías. Ella le ama.

lunes, 22 de junio de 2009

El haren de Daryl, en Las brujas de Eastwick

Las brujas de Eastwick (George Miller, 1987) fue una comedia con un notable éxito en los ochenta y uno de esos papeles donde el histriónico Jack Nicholson se siente cómodo. Él es Daryl Van Horne, un demonio centrado en dos de los pecados capitales más placenteros: la gula y la lujuria. Invocado una noche de tormenta por tres aburridas y solitarias damas de un aburrido pueblecito, el diablo trastorna por completo la vida del trío de mujeres.

En la escena, las brujas disfrutan de su nueva vida. Su nuevo Dueño las inicia en un mundo de placeres y perversiones donde casi todo es posible. A partir de ese momento, Alex (Cher), Jane (Susan Sarandon) y Sukie (Michelle Pfeiffer) irrumpen en la puritana vida de Eastwick como un vendaval de corrupción.

Película entretenida, tiene sin embargo un final moralista que desmerece. Aunque, haciendo una lectura BDSM del mismo, es también lo propio que ocurre con aquellos amos ineptos que no saben controlar adecuadamente a su harén.

miércoles, 17 de junio de 2009

Juegos de Dominación en Sansón y Dalila

Sansón y Dalila es una gran producción de Cecil B.DeMille de 1949. Adapta un conocido pasaje del Antiguo Testamento, la historia de Sansón, el poderoso israelita y de Dalila, la filistea que le seduce. Israelitas y filisteos como enemigos y una dama encargada de derrotar al mas fuerte.

En la escena, Dalila (Hedy Lamarr) ha iniciado su proceso de seducción. Sansón (Victor Mature) se baña a su lado y ella juega a atarle con juncos. Juegan hacerse prisioneros y ella habla de coronarle y someterle, en broma, con dulzura. Habla de atarle y dominarle para que él no la deje nunca... La conversación junto al estanque es maravillosa.

miércoles, 10 de junio de 2009

Fetichismo en La edad de oro

La segunda película de Luis Buñuel, La edad de oro (1930), es una colosal obra surrealista donde todas las filias y fobias del director tienen cabida. Ocasionó un tremendo escándalo en su época, fue prohibida y logró, por tanto, el propósito del autor: escandalizar a la sociedad europea plácida y bienpensante de entreguerras.

Aunque no hay argumento claro, el amor loco e infeliz es un hilo conductor, como se muestra en la escena de los amantes (Gaston Modot y Lya Lys). Con un sentido del humor genialmente absurdo, los amantes intentan consumar su pasión sin éxito. Llamadas telefónicas inoportunas, visiones tremendas de la vejez, coscorrones, posturas incómodas y una estatua de pies muy atractivos.

La imagen de Lya Lys chupando los dedos del pie de la estatua es quizás una de las más poderosas del cine erótico.

jueves, 4 de junio de 2009

Una esclava en Harem

La película Harem (Arthur Joffé, 1985) no es gran cosa pero el argumento no deja de ser curioso -y para una amante de la D/s, sugerente hasta decir basta-. Un jeque árabe se encapricha de una joven neoyorquina, moderna y enérgica y, dado que posee un harem nutrido y lleno de bellezas, ¿por qué no embellecerlo aún más con una perla de Occidente? Así que la rapta y se la lleva a casita, para poseerla, dominarla y todo lo demás. Suculento, no me digan que no.

En la escena, Diane (Nastassja Kinski, tan guapísima) es adornada y ataviada como esclava para aparecer por primera vez ante su nuevo Dueño y raptor. Selim (Sir Ben Kingsley) se mostrará todo lo elegante, sobrio y contenido que se espera de un caballero. Hay odio por una parte, curiosidad y deseo por la otra... Memorable.

miércoles, 3 de junio de 2009

Otra lucha de poder en La costilla de Adan

Catalogada como la película emblemática sobre la guerra de sexos (detesto esa expresión, pero así la denominan siempre), La costilla de Adan (George Cukor, 1949) es una comedia negra sobre el matrimonio y el rol que ambos, marido y mujer, ocupan en la vida dentro y fuera de casa.

En la escena, Amanda y Adan intercambian una sesión de masajes, intercambian un azote en el culo -con mala uva- e intercambian finalmente una larga sarta de reproches. Cada uno expone sus armas: ella llora, él ironiza y, aunque en tono humorístico, sufren bastante cada uno en su atalaya.

lunes, 1 de junio de 2009

Escena romántica de Los Búfalos de Durham

Los Búfalos de Durham (Ron Shelton, 1988) tiene un personaje protagonista absolutamente maravilloso: Annie (Susan Sarandon). Es una especie de apoyo físico y moral del equipo de beisbol local. Cada temporada, Annie elige al jugador más prometedor del equipo y se convierte en su protectora. Ello implica ser su amante, porque manteniendo satisfecho sexualmente al jugador elegido, éste rendirá más en el equipo. Pero también implica ser su confidente y su guía, le enseñará a desenvolverse y a aspirar como jugador a ser el mejor.

En la siguiente escena, Annie y Crash (Kevin Costner) mantienen un romántico encuentro sexual. A ella siempre le ha gustado atar a sus amantes a la cama, pero aquí es ella la atada, mientras Crash le pinta las uñas de los pies. Terriblemente sugerente.