miércoles, 31 de marzo de 2010

Esclavo en Stico

Stico (Jaime de Armiñán, 1985) es una comedia negra y surrealista, protagonizada por dos grandes actores de nuestro cine: Fernando Fernán Gómez y Agustín González. Plantea una premisa aparentemente insólita: un maduro profesor, harto de tener problemas económicos, se ofrece como esclavo a un ex-alumno, a cambio de techo y comida.

La escena muestra la llegada de Stico (Fernán Gómez) a casa de su antiguo alumno Y cómo, con toda la naturalidad del mundo, se presenta como esclavo. El planteamiento de la esclavitud como medio de vida ante situaciones de crisis es, como verán, contundente. Y, aún siendo de los años ochenta -y del estúpidamente denostado cine español por el gafapastismo imperante- la premisa que nos muestra se presenta extrañamente perversa y desgraciadamente creíble.


lunes, 29 de marzo de 2010

Azotes y ponygirls en El extraño caso del Dr Jekyll

El extraño caso del Dr. Jekyll (1941) es una de las adaptaciones de la historia de Jekyll y Hyde, llevada en este caso al cine por Victor Fleming. No es una película muy conocida y se aleja bastante de los aspectos siniestros de la historia, para centrarse en el melodrama, pero cuenta con tres protagonistas míticos.

La escena corresponde al momento en que el Dr. Jekyll (Spencer Tracy) toma por primera vez el brebaje que lo transfoma en Mr. Hyde. Su brutal sexualidad aflora entonces y tiene una alucinación extraordinaria: corre veloz, la mujeres que desea (Ingrid Bergman y Lana Turner) le llevan, él las azota y ellas galopan con desesperación... Una curiosa interpretación de lo que ocurre cuando se deja la líbido sin freno: sale el sádico que el respetable Jekyll lleva dentro.


lunes, 22 de marzo de 2010

Mis Dominantes favoritos: Sam Spade en El halcon maltés

El gran John Huston llevó al cine la novela de Dashiel Hammett El halcón maltés en 1941, con el mejor Sam Spade de todos los tiempos, claro: Humphrey Bogart. La intriga sobre una estatuilla de halcón desaparecida, de oro macizo y valor incalculable, es el pretexto para actuaciones soberbias y diálogos inolvidables.

Atención: el párrafo siguiente y la escena contienen spoilers!!!!!!

Sam Spade en la piel de Bogart es el perfecto antihéroe, de cigarrillo, gabardina y ojos turbios. Pero también posee la cualidad de controlar sus emociones. Es capaz de perder al amor de su vida por los principios del bien y la lealtad. La escena final es pura poesía del Dominante: la pobre Mrs O´Shaugnessy (Mary Astor) no puede reaccionar. Spade lleva las riendas, su honestidad se antepone al deseo y no mueve ni un músculo ante el adios desvalido de la dama.

jueves, 18 de marzo de 2010

Recio Dominante en Cuando ruge la marabunta

La película de aventuras Cuando ruge la marabunta (The naked jungle, Byron Haskin, 1954) fue un clásico de la sesión de tarde de los sábados ochenteros. Yo tuve muchas pesadillas con las hormigas aquellas, pero siempre dulcificadas por el sin par ejemplar masculino que era Charlton Heston. Debo admitir que esta película me marcó, muy mucho.

La aventura de las hormigas devoradoras es sólo el pretexto para recrear una tórrida historia de amor. Joanna (Eleanor Parker) es la nueva esposa de Cristopher, un rudo terrateniente, dueño de una plantación en América de Sur. La dama ha sido desposada por poderes, y en la escena siguiente, acaba de conocer a su marido. No me negarán que no es trama suculenta: matrimonio de desconocidos, él nunca ha conocido mujer, ella es viuda, la jungla caliente y la marabunta que lo arrasa todo...

En la escena, Joanna se enfrenta por primera vez a su nuevo esposo: él no la quiere allí, por el peligro que existe, y la coge en brazos para volverla a meter en la barca. Ella, con elevadas dosis de elegancia, se resiste. Dominante que sucumbe, mujer no tan sumisa como aparenta: relación muy prometedora.

martes, 16 de marzo de 2010

Azotes en Historias extraordinarias

La película Historias extraordinarias (1968) es una adaptación de tres relatos de Edgar Allan Poe, de la mano de tres directores muy diferentes: Federico Fellini, Roger Vadim y Louis Malle. De éste último es la escena que nos interesa, en la adaptación del relato William Wilson.

William Wilson (Alain Delon) juega una partida de cartas con Giuseppina (Brigitte Bardot). Como verán, perder en el juego tiene consecuencias muy dolorosas, pero qué bien se desenvuelve la dama y qué respetablemente soporta el dolor. A mi me resulta admirable. Y su espalda blanca y deliciosa, la frialdad del caballero (qué rematadamente atractivo era Alain Delon) y la mirada lasciva de los esbirros... la escena queda redonda.

jueves, 11 de marzo de 2010

Mujer sumisa en Carta de una desconocida

La bellísima Carta de una desconocida (Max Ophüls, 1948) es un clásico entre los dramas románticos. La película adapta la novela de Stephan Zweig y está considerada una obra maestra, llena de pasión y sensibilidad, que no ñoñería.

La adolescente Lisa (Joan Fontaine) conoce a su nuevo vecino, el pianista Stefan (Louis Jourdan) y se enamora al instante de él. Desde ese momento vivirá para complacerle y agradarle, esa será su mayor felicidad. Incluso no le importará ser apartada de su lado, ante el éxito del pianista. Sumisión pura y dura... aunque la parte teóricamente dominante ni siquiera se de cuenta. Es una historia triste de un amor desgraciado y no correspondido.

La escena que inserto corresponde al inicio de la película y merece la pena verla entera:justo al final, Lisa logra ver la cara de su nuevo vecino. Él se dispone a salir a la calle y ella, de manera espontánea le abre la puerta, como un primer acto de sumisión.