Instinto básico 2: adicción al riesgo (Michael Caton-Jones, 2006) cumple bien cumplida la regla de que segundas partes nunca fueron buenas. No es mala, es pésima, una de las pelis más pésimas y desopilantes del siglo. Sharon Stone hace todas sus moniguetas y el tipo que es su partenaire (David Morrisey) no es más soso porque no puede. Pero te ríes por lo patético que resulta todo.
La peli cumple todos los tópicos del BDSM chungo: nuestra Catherine Tramell folla mucho y peligrosamente, que para eso es una yanqui descocada, y se tira toda la cinta diciéndole al soso que pruebe el sexo duro. Que la someta, que le de azotes, lo típico. El soso está toda la peli abrumado porque someter y azotar y el cuero como que le parece de gente loca... Pero en el fondo lo está deseando, el pobre. No me acuerdo como acaba, pero la moralina es la de siempre: el BDSM es malo, caca. Si te lo montas en plan BDSM terminas traumatizado y con una pila de problemas así de grande.
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4 comentarios:
Para mi fué una decepción total, despues de la primera parte!
Saludos.
En efecto, la primera tenía gracia pero esta segunda parte es una auténtica parodia y sin gracia.
Saludos.
No he visto la segunda parte, y parece ser que no me pierdo nada. La primera, eso sí, nos dejó una escena inicial de un tipo atado a la cama que era salvajemente asesinado canela fina...pero he de decir que tampoco me pareció tan buena como ha quedado en la memoria colectiva. Vale, tiene y explota un par de escenitas poco habituales de ver en el cine comercial, y esa es su gran baza...y poco más, pese a la mano férrea de Paul Verhoeven, ya que el director holandés, creo, no va más allá de la superficie en el ambiente malsano y enfermizo de las pulsiones sexuales, acabando en una trama convencional poli confuso, tipa manipuladora.
Un abrazo
Esa primera escena que comentas es tremenda, Spirit. Yo creo que a Verhoeven le cortaron mucho las alas en Yanquilandia, con ésta peli. Uno de estos días comentaré una escenita chula de verdad de Starship Troopers, donde a Mr Verhoeven se le ve el plumero.
Un abrazo, Spirit.
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