Los sexoadictos (A Dirty Shame, 2004) es hasta la fecha la última peli del director John Waters. Aunque en este blog siempre mostraremos reverencia por él, y aunque la peli está llena de buenísimas, trasgresoras y guarrillas intenciones, el resultado es un fiasco. La trama de los sexoadictos que invaden Baltimore como una plaga de zombies o como una nueva religión se estira demasiado y aunque es graciosa al principio, acaba aburriendo al final.
No obstante, podemos encontrar el sello del viejo Waters en toda la peli: música de los 50, personajes descacharrantes -el señor Pon un Pino-, montaje cutre a conciencia, ganas de provocar a todo bicho viviente y final feliz donde los puritanos reciben su merecido y todo el mundo folla contento. No hay barreras para las parafilias más raras: el chico que se excita con la suciedad, el poli que se viste de bebé gigante y toma biberón, la mujer que se excita embadurnándose de comida... y, como dice Ray Ray (Johnny Knoxville), siempre con respeto y consensuado.
sábado, 21 de abril de 2012
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