La piel que habito (2011) es una de las escasas películas en las que Pedro Almodóvar adapta un guión no propio. En este caso, lo hace a partir de la novela Tarántula, de Thierry Jonquet, de la que mantiene las líneas primordiales. Película controvertida, puedes detestarla o puedes adorarla. Yo me quedo en medio, reconozco grandes logros -sobre todo la capacidad de Almodóvar de experimentar y mezclar géneros- pero también me rechinan muchas cosas - por ejemplo, parte del casting, empezando por Antonio Banderas, que podría haber dado más.
En la escena, el doctor Ledgard (Banderas) no sabe cómo reaccionar ante la declaración de Vera (Elena Anaya). ¿Se está entregando, la chica? ¿Por fin? El doctor -que me esperaba más frío, más siniestro, más malote!!!- ha creado una criatura nueva y perfecta y ahora se encuentra con el resultado: ni su venganza es tan redonda ni sus reacciones tan ... ¿inhumanas?
Lean la novela, amantes del BDSM. Les aseguro que es mucho más D/s, pero muchisimo más que la peli. Comprobarán que Almodovar se la ha cogido con papel de fumar y ha eliminado cosas muy escabrosas, oscuras y molonas.
viernes, 23 de diciembre de 2011
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3 comentarios:
Pues habrá que leer la novela..la película me gusta y no me gusta.Es algo extraño.
Horrible desde mi humilde punto de vista el personaje de Marisa Paredes y su hijo tigrillo, es algo que no puedo digerir.
Saludos! :)
Son personajes que se quedan en esbozo, sobre todo el de Marisa Paredes, que podría haber sido algo así como Loles León en Atame. Y el del tigre a mi me parece una caricatura bastante burda.
Hay quien detesta el final de la peli. A mi me parece brillante.
Saludos y bienvenida!!!
El final por supuesto que me gusto, estaba bien emocioná..
saludoss y gracias!
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