Salomón y la reina de Saba (King Vidor, 1959) es un digno drama bíblico de menor entidad que otros de la misma época como Sinhué o Ben Hur, pero que para mi cuenta con dos poderosas razones para verlo: sus dos protagonistas, dos extraordinarios mitos eróticos de los 50.
Yul Brynner y Gina Lollobrigida hablaban con la mirada y con el cuerpo, dos animales en pantalla como los que ya no hay. Disfrútenlos si les apetece en esta escena: la reina danzando entre sus acólitos, Salomón -hasta ahora, un rey prudente- dejándose llevar. Una orgía que, para la época, es muy morbosa. Y quédense a la mitad, porque viene un Aguafiestas y lo estropea todo.
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