Dominación en Boxing Helena

 Boxing Helena (Jennifer Chambers Lynch, 1993) fue, sobre el guión, una película formidable, llena de morbo y perversión. Las expectativas eran altísimas, la iba a rodar David Lynch en pleno éxito Twin Peaks y  se esperaba a Kim Bassinger en el papel protagonista. Y el argumento, caray con el argumento, más chulo imposible: mad doctor mutila y mantiene encerrada en una caja a su amante para que no se le vaya jamás. Sexo insano, amor loco, pasión desmedida, Dominación en grado sumo, la releche.

Fue la peli más fraudulenta que recuerdo. No porque al final la acabara dirigiendo la hija de Lynch, que por lo visto es menos pervertida que su padre, ni porque la protagonista acabara siendo Sherilyn Fenn, que es mona y resultona -aunque algo basta-. Ni siquiera por contar como chico malote con Julian Sands, que de Macho Dominante tiene bien poco. Es que es lenta, pesada, absurda, chirriante. Y no excita nada. 

Quizás, algún día, aparezca otro director iluminado que retome el guión y haga la gran-peli-BDSM que todos estamos esperando.