Barbarella (Roger Vadim, 1968) es una película llena del espíritu lúdico del pop de los sesenta; la crítica sesuda dice que ha envejecido mal, pero en estos tiempos echarle una miradita no viene mal. Olvídense del argumento, que no lo tiene, y disfruten del colorido chillón y los trajes imposibles de Jane Fonda mucho antes del botox.
En la escena, Barbarella está presa en una máquina orgasmátrica: el doctor Durand Durand (Milo O´Shea) pretende matarla con un orgasmo enorme y letal. Una de esas torturas que pueblan las fantasías sexuales de más de uno/a.
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4 comentarios:
Vi esta película de niño, improcedentemente ya que no era apta para menores. Obviamente no la vi en España sino estando de vacaciones en otro país. Luego cayó el comix en mis manos ¡qué locura! muy pocas cosas han calentado tanto una mente tan tierna (ja ja ja no tanto) como la mía como Barbarella. Ufff
Jajaja, para que digan de los críos de ahora, nosotros sí que veíamos cosas "fuertes" ... y miren el resultado.
Es buenísima la escena, total! jajajaja
Es muy divertida y surrealista, jajaj. besos.
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