miércoles, 13 de octubre de 2010

Un caballero en Atraco a las tres

Manuel Alexandre, un grande del cine, que estuvo en activo hasta casi el final, tiene que aparecer aquí sea como sea porque es un actor que siempre me gustó: tenía una endiablada forma de atraparte en pantalla, era un condenado robaescenas. 


Su papel en Atraco a las tres (Jose Mª Forqué, 1962) es antológico, lo cual era difícil porque el resto del reparto también era maravilloso. Como Benítez, uno de los oficinistas pringados,  borda el rol de caballero piropeador, siempre hecho un pincel (a pesar de la escasez de medios económicos), metemano y sobón. La química con Gracita Morales era perfecta. Y a pesar de su caradura, la ternura que siempre imprimía a sus personajes nos lo hace inolvidable.

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